REFLEXIONES

 La frase “La práctica hace al maestro“ ha tenido eco a lo largo de mi labor docente, desde mi preparación en la Escuela Normal como futura Profesora de Educación Primaria las prácticas fueron un cúmulo de conocimiento que permitieron adentrarme al campo laboral; el primer año de servicio lo desempeñe en una comunidad ubicada en la sierra de Hidalgo, atendiendo quinto y sexto grado y en verdad fue muy difícil, sobre todo porque esa comunidad estaba considerada como castigo y solo enviaban a hombres y al llegar por primera vez mujeres había cierto recelo, sin embargo logramos junto con otras dos compañeras ser aceptadas gracias al trabajo conjunto. Ahí aprendí a saber adaptarme a las circunstancias a golpe y porrazo como se dice pero lo logre, también a ser creativa tomando de los recursos existentes para adaptarlos a la enseñanza de los objetivos educativos. Mi director Profr. Felipe Hernández Cruz en ese primer año fue una persona dura, exigente y autoritaria, en su momento esa conducta me era desagradable por decir menos pero ahora al paso del tiempo tengo que reconocer que gracias a él aprendí mucho sobre organización, documentación y responsabilidad además de descubrir de lo que soy capaz, ya que en ocasiones me llevaba al límite de mis posibilidades, dice el dicho “lo que no te mata te hace fuerte”, y es verdad. A través de los años he aprendido que no hay mejor apoyo que la EXPERIENCIA COMPARTIDA; recuerdo que cuando llegue de cambio de adscripción a una escuela de organización completa me asignaron primer grado y… casi me muero pensé, “que voy hacer” y sin pensar busqué ayuda con la profesora que me había enseñado en primer grado para recibir su orientación, pero la metodología era distinta y en ese momento se tenía que seguir los nuevos planes y programas educativos; dentro de mis compañeros de trabajo había una maestra Margarita Cano quien me observaba angustiada y acercándose amablemente me brindó su apoyo y orientación, eso nunca se olvida; por eso, yo también en la medida de mis capacidades y conocimientos apoyo a mis compañeros. La vida de un maestro no es fácil porque no solo es un actor educativo, sino también un actor social que promueve el cambio en los padres de familia al involucrarlos más en el aprendizaje de sus hijos, genera oportunidades diariamente dentro del aula, modifica conductas a través de los valores; y éste es un trabajo que lleva tiempo, esfuerzo y dedicación, en mi caso por ser profesional, porque… soy sincera vocación no la tengo; pero responsabilidad sí. Esto lo menciono porque recuerdo cuando por primera vez me enfrente a un desafío llamado Jorge un pequeño que ingresaba a primer grado con un problema de labio leporino y paladar hendido, con problemas de lenguaje y una serie de anexos clínicos y emocionales, sus padres no se comunicaban con él ya que no le entendía; la relación con su padre era nula y el único apoyo era el amor de su madre quién solo aspiraba a que el niño mejorara su lenguaje y comunicación para poder integrarse a la sociedad, ante una situación tal y con un desconocimiento total sobre cómo atender a este niño, me vi en la necesidad de buscar información y afortunadamente la encontré mediante la orientación de un neurólogo, el contacto con su psicóloga y su doctor, la constante comunicación y el trabajo perseverante con ejercicios grafofonéticos, de autoestima, de integración al grupo, de reconocimiento de sus logros y la implementación de estrategías lograron que Jorge aprendiera a leer. “ La educación como la luz del sol, puede y debe llegar a todos.” Todo maestro que se compromete con su labor docente debe esforzarse por seguir aprendiendo es la conclusión a la que he llegado a lo largo de estos 28 años de servicio ya que las generaciones de estudiantes distan mucho entre sí, debido a la época, las costumbres, los cambios sociales, los avances científicos y tecnológicos, los valores etc., todo un contexto que influye en sus intereses, expectativas, logros y metas por lo que como docente me enfrento a una diversidad de retos y desafíos que sin una constante preparación sería imposible superar y tratar de estar a la altura de una sociedad tan demandante de calidad y eficiencia. Considerándome una analfabeta digital estoy esforzándome para estar al día porque nadie es tan viejo para aprender algo nuevo y ningún conocimiento esta tan vigente como él que se acaba de adquirir; esto fue lo que me motivo a tomar este curso. En estos últimos años he aprendido que para enseñar hay que aprender por eso: si no sabes – aprende / si no puedes – pregunta / si tienes la intención de… haz que suceda.